Un joven, en el marco de una puerta, atrae a una joven para robarle un beso... ¡que parece que esta última ha venido a buscar! La erotización del placer robado se convierte en el tercero en discordia entre dos universos. Dos actitudes expresadas por la postura, el rostro de esta joven, dividida entre la atracción del fruto prohibido y el respeto a la moral. “El beso robado” (Le Baiser à la dérobée) de Jean-Honoré Fragonard representa un instante congelado de intimidad furtiva entre dos amantes.
Una Escena de Secreto y Lujo Antes de la Tormenta
Muestra a una joven con un vestido de seda color crema que ha dejado al grupo de mujeres en la habitación de al lado para una reunión secreta con un joven. La pintura de Fragonard, creada alrededor de 1790, justo en la víspera de la Revolución Francesa, muestra el tipo de erotismo y locura romántica que era popular, aunque cada vez más criticado, entre los aristócratas franceses.
Esta escena de voyeurismo muestra el beso robado en un entorno lujoso y decadente. El artista nos envuelve en una atmósfera de opulencia, que contiene lujosos detalles de texturas, sedas y encajes. Podemos observar la alfombra con estampado de flores, las cortinas de seda que enmarcan la acción, su chal arrojado descuidadamente sobre la silla (un símbolo de la prisa y el abandono), y las damas elegantemente vestidas que son visibles, ajenas al drama, a través de la puerta abierta.

El Contexto Sociocultural del Rococó
La cultura francesa dominante de la corte de Luis XV y, más tarde, los excesos de la corte de Luis XVI, influyeron mucho en los temas de Fragonard. Sus obras eran en su mayoría escenas románticas o de amor eróticas y secretas, pintadas para el disfrute de la nobleza amante de los placeres. El estilo Rococó, surgido como una reacción al formalismo geométrico y la seriedad del Barroco, buscaba la gracia, la ligereza, la sensualidad y la alegría. Se caracterizaba por:
- Colores claros y suaves (pasteles).
- Diseños asimétricos y formas curvas y naturales.
- Temas que se centraban en la vida ociosa de la nobleza, el amor, y la mitología ligera.
El estilo Rococó, que se extendió a otras partes de Europa (principalmente el norte de Italia, Baviera, Austria y Rusia), influyó en todas las artes, desde la escultura, el mobiliario, hasta la música y el teatro. Fragonard se convirtió en un pintor destacado dentro de este movimiento, produciendo más de 550 pinturas, y sus obras más famosas transmiten precisamente esa atmósfera de intimidad y erotismo velado.

Composición y Maestría Técnica de Fragonard
Las habilidades de Fragonard como maestro del color y la composición son totalmente evidentes en esta obra. Utiliza la arquitectura de la escena para enmarcar y dirigir la mirada del espectador:
- La Composición Diagonal: El eje diagonal principal está compuesto por la figura inclinada de la dama, su brazo extendido y el mantón que se encuentra diagonalmente sobre la mesa. Esta línea dinámica introduce un sentido de movimiento, prisa e inestabilidad, enfatizando el carácter fugaz y prohibido del beso.
- El Enmarcado: La acción principal está hábilmente enmarcada por las dos puertas abiertas. La puerta de la izquierda nos da una visión de la sala contigua, llena de damas charlando, un mundo de decoro del que la protagonista acaba de escapar. El marco de la puerta de la derecha encierra a los amantes en un espacio secreto, intensificando la intimidad.
Fragonard nos ofrece una serie de contrastes compositivos brillantes: el contraste entre la luz que baña a los amantes y las sombras del pasillo, el contraste entre los colores fríos del fondo y los cálidos del vestido de la joven, y las complejas intersecciones espaciales que dan profundidad y misterio a la escena.
La pincelada rápida, fluida y vibrante, característica del pintor, dota de una maravillosa sensación de movimiento a la seda del vestido de la joven y al encaje, casi haciéndolos palpables.

El Conflicto Interior: Moralidad y Deseo
El verdadero genio de "El beso robado" reside en la ambigüedad de la joven. Su postura lo dice todo:
- Su cuerpo está inclinado hacia atrás, como si quisiera resistirse, una pose de pudor.
- Su brazo extendido (el que sostiene el chal) parece empujar, o al menos intentar mantener una distancia con la habitación de las damas.
- Sin embargo, su rostro está inclinado hacia el joven, y sus labios están listos para recibir el "beso robado".
Esta dualidad es el corazón del Rococó tardío. La joven está dividida entre la moralidad impuesta por la sociedad (el grupo de damas, la puerta abierta) y el deseo personal (el joven y la atracción del fruto prohibido). El espectador se pregunta: ¿Es realmente un beso "robado" o es un placer mutuo que requiere la excusa social del robo para ser aceptado? El título, Le Baiser à la dérobée (El beso a hurtadillas), sugiere que la transgresión es parte fundamental del encanto.
Diálogo Poético: Fragonard y Gabriela Mistral
El beso, un clásico poema de la gran poetisa chilena Gabriela Mistral (Premio Nobel de Literatura), se complementa a la perfección con la pintura de Fragonard. Ambos exploran el beso como un acto de pasión intensa, secreta y transgresora:
"Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos… vibró un beso,
y qué viste después…? Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca".
Fragmento de El beso de Gabriela Mistral
Mientras Fragonard captura el momento furtivo del beso vedado con pinceladas de seda y luz, Mistral lo desgarra con la intensidad de la pasión ardiente y loca. La pintura es la gracia del secreto; el poema, la confesión de la tempestad. La joven de Fragonard tiene los cárdenos sonrojos de los que habla Mistral. Ambas obras nos recuerdan que el verdadero poder erótico del beso reside en su naturaleza prohibida o, al menos, secreta.
Te invitamos a disfrutar de un vídeo con obras en dónde el beso es el protagonista y que complementa esta exploración artística.
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LA OBRA
Título: El beso robado (Le Baiser à la dérobée)
Autor: Jean-Honoré Fragonard
Fecha de Creación: 1788-1790
Técnica: Óleo sobre lienzo
Estilo: Rococó tardío
Tamaño: 45 cm × 55 cm
Localización: Museo del Hermitage, San Petersburgo, Rusia
